23/11/15

Con ansias

Y ahí estaba,
redonda, brillante, tan guapa...
Su faz reflejaba sobre nosotros la luz suficiente para crear un ambiente idílico.
Escondidos bajo la atenta mirada del astro de la noche, nuestros cuerpos se fundían susurrados por la brisa marina que arrastraba consigo motas de agua que refrescaban la piel ardiente de pasión.
Tus manos resbalaban hacia el final de mi espalda, acariciando mi nalgas y penetrando en la alcoba de mi entrepierna.
Mi pecho se estremecía contra el tuyo, y los besos de pasión unían nuestras almas casi haciendo levitar el conjunto sobre la arena.
Tu ritmo pélvico y los jadeos casi eran una melodía marinera, de olas chocando contra el casco de un navío.
Como ansío esas escapadas nocturnas de verano, cuando éramos uno.
Tan solo tu,
yo,
la luna
y la playa.

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